Ésta no pretende ser una publicación sobre lo que va a acontecer en los próximos días o semanas, sino pretende ser una reflexión acerca de la semana que nos acompaña.
Muchos de vosotros estaréis todavía de vacaciones o a "medio gas" en vuestros trabajos, otros no, e incluso hay quienes desearían estar trabajando y no pueden.
Hay una cosa que sucede esta semana que me desagrada y es que, mires por donde mires, hay multitud de mensajes acerca del fin de las vacaciones y la vuelta al cole. Vas al super y ahí están nada más entrar los libros y la sección de papelería, la red se inunda de ofertas para la vuelta a la rutina y los nuevos propósitos postvacacionales...y yo pienso, pero ¿por qué no me dejan disfrutar de mis vacaciones tranquilamente? o, ¿por qué no puedo disfrutar del calorcito del verano y su ritmo pausado?. Todavía no es Septiembre!
¿Qué necesidad de estar anticipando? sí, lo inevitable, pero ¿por qué no nos dedicamos a disfrutar del aquí y el ahora?
Todo llega, pero ocupémonos cuando llegue, no nos pre-ocupemos. Esto no hace sino que vivamos el momento con cierta angustia y miedo, con incertidumbre y pensando en los problemas, tal como en el cuento del diablo y su sobrino.

Así pues, disfrutemos de nuestros días veraniegos (que todavía quedan muuuuchos): del sol, las tapas, los paseos, la playa, la montaña, la ciudad solitaria, el cine, los parques, los viajes y escapadas, los amigos y quedadas, la familia... Intentemos desconectar de lo laboral, aun cuando estéis trabajando, estos días son para eso!!!.
Disfrutemos de ello hasta el final, rebelémonos contra el entorno anticipatorio que nos roba el ser y el estar.
¡Buena semana!
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