Nuestros hijos pasan mucho tiempo
delante de los libros, los vemos ahí…en su habitación frente a la mesa,
estudiando… y luego no entendemos por qué sus notas no son lo que esperábamos. Esto
es frecuente en hijos/as que tienen dificultades para concentrarse. “¿Cómo es
posible que con el tiempo que está haciendo deberes y estudiando le rente tan
poco?”.

También puede suceder que no haya
manera de que se ponga a hacer los deberes, siempre hay algo mejor que hacer:
la tele, jugar, salir… O bien se pone, pero se levanta cada dos por tres a mirar
la nevera, el móvil, al baño… Y todo termina en una lucha y acabando con la
paciencia de los padres.
Conclusión: al final, horas y
horas “dedicadas” a los quehaceres académicos para luego no llegar a tiempo a
la entrega de trabajos y no saberse la lección para el exámen, por lo que las malas
notas, las broncas y los disgustos familiares terminan siendo la tónica general.
Pero es que partimos de una
creencia errónea: cuanto más tiempo dispongan para hacer los deberes y estudiar, más van a producir. Esto es muy Mediterráneo, observamos que con el trabajo y
la producción sucede algo parecido. ¿Cómo consiguen los nórdicos con jornadas
laborales más reducidas conseguir mayor producción?. La clave está en que MENOS
ES MAS.
Cuanto más tiempo dispone un
niño, adolescente o joven para estudiar, menos eficaz va a ser. Sentir que se
tiene todo el día o toda la tarde por delante para hacer los deberes es
contraproducente, ya que cuanto más se esfuerzan en concentrarse, menos lo
consiguen. Al disponer de tiempo ilimitado, se distraen con más facilidad.
Las soluciones que como padres ponemos
en práctica suelen ser: retirar todo lo que potencialmente le distrae,
instarles a que se centren y dediquen más tiempo a los libros o resolver los
deberes a nuestros hijos haciéndoselos en su lugar. Estas soluciones no hacen
sino que nuestro hijo/a comience a sentirse como un inútil de verdad, ya que no
sólo no logra concentrarse, sino que ni siquiera es capaz de hacer sus propias tareas. Poco a poco perderá
el gusto por el estudio.
La técnica* que suelo recomendar a
los padres es la de coger un despertador todos los días y programarlo para que suene
45 minutos más tarde; a partir de ese momento, el estudiante deberá colocarse
delante de los libros. Podrá estudiar o dedicarse a mirar el techo. No deberá esforzase
ni ser obligado a leer y estudiar. Una vez haya sonado el despertador, deberá levantarse
de la mesa y ,a partir de ese momento, le estará prohibido acercase a los libros.
Paradójicamente, la técnica
elimina el esfuerzo en el estudio y como la persona sabe que dispone de poco
tiempo a su disposición se concentra. El truco es prohibir para inducir a
desear. Todos sabemos el efecto que tiene en las personas la prohibición.
Es fundamental ser conscientes de
que, al aplicar esta nueva modalidad de estudio, puede haber un empeoramiento
temporal del rendimiento escolar. Pero, probablemente,si os decidís a poner en práctica
esto, es por que lo demás no ha funcionado, es más, el rendimiento y las notas ya
son bastante malas y es necesario hacer algo diferente. Puede empeorar el
rendimiento por que probablemente vuestro hijo/a os eche un pulso al respecto…pero
si os mantenéis firmes en la tarea, funciona. También podéis poner en práctica
este método sin necesidad de haber llegado a la situación anteriormente
descrita ,ya que el objetivo es reestructurar los tiempos de trabajo. Aprender a
ser eficaz en el menor tiempo posible. Todos hemos experimentado en alguna ocasión
que cuanto más tiempo disponemos para hacer algo, más esperamos al último
momento para hacerlo, con las consecuencias que se derivan de ello.
Es preciso saber explotar el
factor estrés y hacer que la persona aprenda a trabajar bien en un tiempo
restringido. Además ¿no es esto una de las actitudes que debemos entrenar a
nuestros hijos/as para el día de mañana?
Si deseáis realizar cualquier consulta
específica sobre esta técnica u otras para el estudio y comportamiento no dudéis
en contactar conmigo rellenando el formulario o en info@belindagracia.com
* Técnica recogida en "Cuando el amor no basta" Andrea Fiorenza, Ed Planeta Prácticos. 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario